miércoles, 30 de diciembre de 2015

Había una vez

Y otro año más, ya me acostumbre a las responsabilidades, ya me saqué el miedo.
Este año traté de caminar sin lastre, liviana.
Escuchando las opiniones modernas del amor libre y sin ataduras, tratando de entenderlo y sabiendo que quizás así no dolería tanto lo demás.
Pero las despedidas nunca alcanzan y uno (yo) nunca siente un limpio y simple amor sin apego. Perdón. Pero no puedo, yo quiero mucho y quiero la presencia del otro, su compañía y su estar conmigo.

Así que el momento de no verlo más está cada vez más cerca, se me apelotonan los sentimientos en la garganta y los 'te extraño' son cada vez más recurrentes. Voy a estar bien, pero me gusta más estar bien con él.
No me gusta que se vaya, está mal porque estamos muy bien.

Pero este fin de año por lo menos será placentero.

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