Dar todo por nada, esperando que no repitan los errores.
Dar incontables oportunidades, para que todas las desperdicies.
Olvidarme completamente del valor de mi orgullo, solo para recibir desprecio.
Llenarme la boca hablándote para que a mis espaldas te creas dueño y señor
de todo lo que soy, me bajes el precio y dejes profanar cada bondad que
pueda tener.
Siempre tratar de buscar lo bueno que puedas ocultar, para encontrarme
con que solo me ves como un trofeo, un cobre quizás, y siempre quieras
ganar más.
No soy una rosa, no soy todo lo que desearías
pero cuando elegís a alguien así tenes que aceptarlo
con todas sus espinas.
Y si alguien te elige tantas veces, a pesar de tu veneno
dejas de buscar mejores flores.