Juré que no iba a llorar por tonterías, ni siquiera iba a perder el tiempo en derramar lágrimas por cosas que no merecen mi contemplación. El problema es que no se diferenciar, no se ordenar mis prioridades.
En el último tiempo resultó que el llanto es algo cotidiano, hay muchas razones para llorar y poco tiempo para detenerme a analizar si merecen la pena.
A veces creo que la culpa de todo esto la tiene el pequeño detalle de ser mujer, quiero decir, del sexo femenino. Por qué parece que a él no le duele? Por qué él no ve igual de grave las situaciones?
Quizás, soy muy histérica y ya.
Son esas cosas que no quiero ser, uno de esos demonios. Siempre odie pensar en parecerme a eso. Quizás siempre lo fui..
Tristes realidades.
1 comentario:
Sos muy grosa, todavía sigo leyendo tus cosas y pensando WUWAUU VOS SI QUE SOS MI INSPIRACIÓN ojala un día llegue a ser como vos :)te admira y siento un gran orgullo por vos te amo♥
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